El Ministerio de Defensa anunció la prohibición del lenguaje inclusivo en las fuerzas armadas y los organismos descentralizados de la cartera, imponiendo «el uso correcto del idioma castellano».
Según la resolución firmada por el ministro Luis Petri, en caso de que se utilicen términos con la “e” (como “generale”, “coronele” o “soldade”) se podrán recibir sanciones por infringir las normas.
El texto indica que «cualquier desviación o desnaturalización del castellano no estandarizado ni avalado por un plexo jurídico correspondiente, puede inducir a interpretar erróneamente lo que se desee disponer u ordenar, afectando su ejecución”.
“Las comunicaciones en el ámbito de la Defensa Nacional deben ser breves, claras y concisas de acuerdo con lo que establecen los reglamentos militares correspondientes”, expresó el organismo. Desde el Ministerio de Defensa aclararon que la norma se refiera al uso de la “e”, habitual en el llamado “lenguaje inclusivo”.
“La precisión y rigurosidad que debe tener cada vocablo utilizado en las operaciones militares exige que se aplique estrictamente lo señalado por la Real Academia Española (RAE) y los reglamentos militares para la escritura y las comunicaciones en el ámbito de la Defensa. Que una incorrecta interpretación de lo expresado puede afectar el desarrollo de las operaciones y generar confusión”, agregaron, y subrayaron: “Que cualquier desviación o desnaturalización del castellano no estandarizado ni avalado por un plexo jurídico correspondiente, puede inducir a interpretar erróneamente lo que se desee disponer u ordenar, afectando su ejecución”.
E indicaron: “Por lo tanto, se impone el uso correcto del idioma castellano, que es el que se ha utilizado para el encuadre y la guía de todos los reglamentos, manuales y documentos de escritura y simbología tanto del ejército, como aeronáuticos y navales”.
El ministro de la cartera de Defensa ya había adelantado que ésta iba a ser su decisión. “Hay un vocabulario militar a cumplir”, expresó en su momento Petri. Asimismo, explicó que se trata de un “reordenamiento” de la situación dentro de las Fuerzas Armadas.









