Este miércoles 5 de noviembre, el cielo nos regala un espectáculo astronómico y simbólico: la Superluna más grande y cercana del año, conocida como Luna del Castor. Su nombre proviene de las culturas originarias de América del Norte, que asociaban este momento con el inicio del invierno: los castores reforzaban sus madrigueras y los cazadores colocaban trampas antes de las primeras nieves.
Hoy, lejos de las trampas y más cerca de los rituales, esta luna nos invita a hacer lo mismo: refugiar lo esencial, soltar lo que ya no abriga y prepararnos para el cambio de estación emocional.
¿QUÉ SIGNIFICA ÉSTA LUNACIÓN?
Desde lo astrológico, esta Superluna no pasa desapercibida. Ilumina con fuerza los excesos, los apegos y las zonas donde el deseo necesita transformarse. Como si nos dijera: “¿Qué estás sosteniendo por costumbre y no por deseo genuino?”
Además, Venus —regente de esta lunación— se encuentra en tensión con Júpiter y Plutón, generando un clima de contrastes: entre el deseo y el control, entre la expansión y el miedo a soltar. Una danza intensa entre lo que queremos, lo que tememos y lo que ya no podemos postergar.
¿CÓMO ACOMPAÑAR ÉSTE MOMENTO?
– Haciendo espacio para lo que duele, sin juzgarlo.
– Nombrando lo que ya no queremos cargar.
– Celebrando los pequeños refugios que nos sostienen.
– Y si se puede, mirando la luna con alguien o con una canción que nos abrace.
PORQUE AVECES, MIRAR EL CIELO TAMBIÉN ES UNA FORMA DE VOLVER A CASA









