El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su profunda preocupación por el impacto del crimen organizado en las comunidades del país y llamó a una respuesta articulada entre las fuerzas de seguridad. “No podemos permitir que las organizaciones criminales sigan desintegrando familias, sometiendo a los barrios y propagando violencia y drogas en nuestras ciudades”, afirmó el mandatario en sus redes sociales.
Sus declaraciones se dieron en el marco de la Operación Contención, desplegada el martes en Río de Janeiro por las policías civil y militar, que dejó un saldo de más de 130 personas fallecidas. Lula informó que se reunió con ministros de su gabinete y ordenó al titular de Justicia y al director de la Policía Federal viajar a Río para coordinar acciones con el gobernador del estado.
El presidente subrayó la necesidad de una estrategia nacional que enfrente el narcotráfico “desde su núcleo operativo”, sin poner en riesgo a la población civil ni a los agentes de seguridad. “Necesitamos una intervención eficaz que proteja a los inocentes y desmantele las estructuras financieras de las facciones criminales”, agregó.
Recordó además que en agosto se llevó a cabo “la mayor operación contra el crimen organizado en la historia del país”, que logró afectar directamente el sistema económico de una red delictiva vinculada al tráfico de drogas, el lavado de dinero y la adulteración de combustibles.
Finalmente, Lula destacó el envío al Congreso de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) de Seguridad, que busca fortalecer la cooperación entre las distintas fuerzas policiales del país. “Con esta medida, avanzamos hacia una política de seguridad pública más integrada, capaz de enfrentar con firmeza a las organizaciones criminales”, concluyó.
