La Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) quedó en el centro de la polémica tras declarar un duelo institucional de 48 horas por el fallecimiento de la madre de la rectora, Natalia Álvarez Gómez. La medida, que implicó la suspensión total de actividades académicas y administrativas, fue anunciada el martes al mediodía a través de las redes sociales oficiales de la casa de altos estudios.
Sin embargo, la decisión generó un fuerte malestar en la comunidad universitaria, especialmente entre estudiantes, ya que se vieron afectados exámenes, mesas especiales para egresarse y clases programadas.
Ante las críticas, la rectora publicó anoche un comunicado en sus redes sociales en el que pidió disculpas públicas y aclaró que la medida no fue tomada directamente por ella:
“Durante mi licencia, motivada por la gravísima situación de salud de mi madre, se tomó la decisión —sin mi intervención directa— de decretar duelo académico y administrativo por 48 horas. Sé que esta medida fue adoptada por mis colaboradores desde la buena fe y el afecto, pero reconozco que resultó inoportuna y fuera de contexto, no en consonancia con el espíritu de cambio, compromiso y orden institucional que todos los días impulsamos en nuestra universidad.
La pérdida de mi madre, mi faro de vida, es un dolor inmenso. Sin embargo, eso no me impide ver y asumir que pueden haberse cometido errores involuntarios, pero errores al fin, que debemos reconocer con humildad”, expresó Álvarez Gómez.
Renuevo mis disculpas a toda la comunidad universitaria y agradezco profundamente la comprensión, el respeto y el acompañamiento recibidos en estos días tan difíciles.»
Pese a las disculpas, muchos estudiantes manifestaron su descontento, asegurando que “no quieren seguir perdiendo clases” por decisiones administrativas de este tipo. Además, remarcaron que ya bastante se ven afectados por los paros convocados por los gremios y que no quieren llegar a fin de mes “ahogados” por todo lo que debió darse y no se dio.
La medida, que buscaba expresar solidaridad institucional, terminó generando un intenso debate sobre los límites entre lo personal y lo institucional dentro de la universidad pública.









