Con gesto adusto, Javier Milei apareció en el escenario del búnker libertario de La Plata tras reconocer que sufrieron “una clara derrota”. A su lado, como pocas veces, se ubicó Santiago Caputo, el asesor que había perdido influencia en los últimos meses. El Presidente lo abrazó con fuerza al final de su discurso, en una señal que no pasó inadvertida.
En contraste, la imagen con Martín Menem fue muy distinta. Mientras al resto de los presentes los saludó con abrazos y palmadas, al presidente de la Cámara de Diputados apenas le dio un apretón de manos. Ese gesto abrió interrogantes sobre el verdadero estado de la interna libertaria en medio de la debacle electoral en la provincia de Buenos Aires.
Entre Caputo y Milei también se paró Mario Lugones, ministro de Salud que atraviesa cuestionamientos por el caso del fentanilo contaminado y por la crisis en el hospital Garrahan. Su presencia reforzó la idea de un escenario cargado de simbolismos en plena noche de derrota.
En la foto de la caída se notaron también las ausencias. No estuvieron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, cercana al Presidente pero crítica en las últimas reuniones internas. Tampoco apareció el ministro de Economía, Luis Caputo, que lo había acompañado días atrás en su viaje a Estados Unidos.
El escenario lo completaron figuras de peso como Patricia Bullrich, Manuel Adorni, Federico Sturzenegger, Mariano Cúneo Libarona y Martín Menem, aunque la diferencia de trato con este último encendió rumores sobre tensiones crecientes. También estuvo la secretaria general Karina Milei, que eligió no hablar y dejó la palabra al armador bonaerense Sebastián Pareja.
Los aliados del PRO se quedaron al margen: Cristian Ritondo, Diego Santini y el intendente marplatense Guillermo Montenegro siguieron la escena desde el público. Tampoco apareció bajo los focos Eduardo “Lule” Menem, uno de los señalados en los audios que desataron sospechas sobre el manejo de la campaña y los fondos.
El propio Milei prometió “corregir errores” y habló de “una profunda autocrítica”, aunque dejó claro que no modificará el rumbo económico de su gobierno. Sin embargo, más que las palabras, fueron las imágenes las que terminaron marcando la noche: el abrazo a Caputo y el frío saludo a Menem reavivaron la incógnita sobre si la derrota terminó de fracturar a La Libertad Avanza.
Fuente: Data Clave









