Una vez más, se reabre el debate sobre el futuro de la moneda argentina. El diputado nacional Ricardo López Murphy presentó un proyecto en el Congreso para reemplazar el peso por una nueva unidad: el “Argentum”. La iniciativa propone eliminar tres ceros a la moneda actual y establecer un nuevo billete.
López Murphy argumentó que el objetivo es “ordenar y simplificar”. «No cambia el poder adquisitivo de la moneda ni implica una reforma económica profunda», explicó en el proyecto, sino que el foco de la iniciativa está puesto en hacer más claras las transacciones diarias y los registros contables, que hoy manejan cifras con muchos ceros.
La iniciativa propone quitarle tres ceros al peso actual. Así, $1.000 pasarían a equivaler a 1 Argentum (AG), y su centésima parte se llamaría centavo. El cambio está pensado para que comience a regir a partir del 1 de enero de 2026, aunque los billetes y monedas actuales podrían seguir usándose por seis meses más, en un proceso de transición.
La idea de López Murphy implicaría “un cambio nominal que baja sustancialmente los costos tanto en impresión (de billetes) como en la parte digital”. Hoy, muchos sistemas informáticos, aplicaciones y bases de datos están saturados por los largos números necesarios para expresar valores.
La historia argentina ya pasó por este tipo de cambios. En 1970, el nombre oficial de la moneda era “Peso Moneda Nacional” y estaba vigente desde 1881. Tras la inflación acumulada, el Gobierno introduce el “Peso Ley”, con billetes de $1, $5, $10, $50, $100, $500, $1.000, $5.000, $10.000. Sin embargo, la situación inflacionaria empeoró durante la dictadura militar, lo que obligó al primer presidente democrático Ricardo Alfonsín a introducir el peso argentino en 1983.
Dos años más tarde, se introduce el “Austral”. A fines de la década de 1980 y principios de 1990, hubo una inflación tan importante, que los precios subían varias veces en el mismo día. Así, en 1992 se introdujo el “Peso Convertible”: $1 valía igual a USD 1. Los australes argentinos estuvieron en circulación desde 1985 hasta 1991
Este esquema terminó formalmente en enero del 2002, cuando el presidente Eduardo Duhalde derogó la ley de Convertibilidad del menemismo. La decisión fue tomada un mes después de la crisis del 2001, conocida popularmente como “Corralito”. A partir de ese entonces, el peso dejó de ser convertible, pero mantuvo su nominación.