Durante la jornada del miércoles 29 de mayo de 2024, se llevó a cabo un operativo que consistió en ocho allanamientos simultáneos en distintos estudios jurídicos de renombre de esta Capital, en el marco de la investigación contra el Dr. Martín Apostolo.
Se secuestraron artefactos electrónicos propiedad de conocidos abogados, vinculados a una red de corrupción desde las investigaciones en el caso del fiscal auxiliar Martín Román Apóstolo.
El juez sostuvo en sus investigaciones que “se verificó que Martín Román Apóstolo, en expedientes en los que intervenían abogados que mantenían una estrecha relación con el nombrado (Matías Juárez, Gabriel Pavón, Jorge Eduardo Cáceres, José Luis Montaperto, Paola Alejandra Mebar Andrea Fabiana Flores y Jorge Eduardo Cáceres), efectuó presentaciones en su calidad de representante del Ministerio Público Fiscal de la Nación, asumiendo criterios jurídicos que favorecieron notablemente a los imputados en contra de lo sostenido por el fiscal que debía seguir interviniendo en esos sumarios; realizó gestiones como ‘contacto judicial’ y les brindó asesoramiento a los fines de que obtengan beneficios procesales en contra de lo requerido por el propio representante de la acusación, como así también efectuó gestiones para que sean designados en esos expedientes letrados allegados al imputado”.
El operativo fue realizado de manera simultánea en distintos puntos de la ciudad, en el marco de la investigación contra el Dr. Martín Apostolo, acusado de distintos hechos de corrupción. Asimismo, vale aclarar que, ante consulta con fuentes oficiales, hubo mucho hermetismo por parte de la Justicia y de las fuerzas intervinientes, dado que el procedimiento continuaba en marcha hasta horas de la noche.
Personal del Escuadrón 58 de Gendarmería Nacional tenían la orden de allanar los estudios jurídicos de los abogados Matías Juárez, Jorge Eduardo Cáceres, José Luis Montaperto, Paola Alejandra Mebar.
Los agentes iban en busca de artefactos electrónicos, como computadoras pero, sobre todo, por los teléfonos celulares de estos abogados, quienes tendrían una estrecha relación con el imputado.
Los efectivos abocados a los allanamientos siguen buscando a Juárez, quien todavía no puede ser localizado.
Cabe recordar que el Dr. Martín Apóstolo, se desempeñaba en la Fiscalía General provincial. “Ya paré la causa”, le avisó a una persona involucrada en una causa por tráfico de drogas
El auxiliar fiscal de La Rioja, apodado como “El Padrino” y “El Jefe”, fue procesado con prisión preventiva por haber beneficiado a narcos en procesos judiciales a cambio de dinero.
Se trata de Martín Román Apóstolo, funcionario de la Fiscalía General ante el Tribunal Oral Federal de nuestra ciudad.
Su función era clave, a cargo de la instrucción de causas judiciales. Esta semana, “El Padrino” fue procesado por concusión agravada, tráfico de influencias agravado, prevaricato fiscal e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La resolución lo embargó, al mismo tiempo, por cinco millones de pesos.
La Justicia federal también ordenó la prisión domiciliaria de Apóstolo por el riesgo de fuga y el entorpecimiento de la investigación. Sin embargo, al mismo tiempo, el equipo de fiscales que interviene en la causa evalúa la relación con un caso previo por hechos de corrupción.
La causa se inició tras la declaración de un imputado colaborador en marzo de 2023, quien, descolocado por una detención ordenada por la fiscal Virginia Miguel Carmona, admitió tener un “arreglo” con el ahora procesado. Apóstolo le había exigido dinero por mantener su prisión domiciliaria.
En ese acto, reconoció haber pagado 600.000 pesos para lograr beneficios para él, su esposa y su cuñado. Los tres habían sido detenidos y le entregaron 200 mil pesos cada uno, a cambio de libertades y domiciliarias.
La Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a cargo del fiscal federal Diego Iglesias, junto a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), encontró conversaciones que complicaron al funcionario judicial y que demuestran que le exigió dinero a personas detenidas por tráfico de drogas, a cambio de beneficios procesales.
En los chats, Apóstolo conversaba sobre la situación de los detenidos y cómo mejorarla. Algunas de las charlas -extraídas del celular del fiscal incautado durante un allanamiento en su casa del barrio cerrado Golf- ocurrieron a partir del 18 de marzo de 2023.
“Tengo mi mujer presa por allanamiento en las Malvinas”, “Yo te debo 40″, “Cuánto me saldría”, “El chiste para sacarla con la domiciliaria de nuevo”, “Más o menos”, “Para juntar urgente”, “Qué abogado pongo”, “O me arreglás vos”, “Pero el número final es con voz (sic)”, “Más de lo de la otra vez, 400 o igual”, “Para ver cuánto tengo a qué vendo”, “Me la sacás y después arreglamos gracias”, son algunos de los pedidos del narco al auxiliar fiscal.
Apóstolo generalmente responde con un “no hay problema”. Según se desprende del expediente, cumplió con lo pactado pero siguió exigiendo dinero a la banda. “Decile a Pablito que se reporte porque sino va a volver al hotel”, amenazó.
Más allá del castigo en la Justicia, el procurador general de la Nación interino, Eduardo Casal, dispuso la suspensión preventiva del funcionario.
El fiscal auxiliar también es señalado por haber aceptado el pago de una dádiva por la suma de, al menos, un millón quinientos mil pesos ($1.500.000), para hacer valer indebidamente su influencia ante el titular del Juzgado Federal de La Rioja, Daniel Rubén Herrera Piedrabuena.
Este segundo hecho investigado ocurrió entre el 11 de noviembre de 2021 y el 11 de enero de 2023, en relación a otro narco detenido. Primero, Apóstolo intercedió para que le devolvieran una camioneta Dodge Journey secuestrada en la causa, a la esposa del detenido.
Luego, pidió dinero para sacar de prisión al traficante aunque la situación ya no estaba en sus manos: la causa había pasado a fiscalía de juicio. La mujer en cuestión se quejó en un audio enviado a su celular.
“Por qué no peleas por una domiciliaria que va a ser más rápido que hagan los otros trámites que están haciendo, la nulidad, lleva tiempo, por qué no le das una domiciliaria por su enfermedad, me parece que es más rápido, no quiero que lleguen los ocho meses, ya estamos entrando en los ocho meses, me preocupa, haceme entender, decime algo que yo más o menos entienda qué están haciendo, te dije que quería que lo saques ya, que ya quería que salga, sino no podemos tratar nada así, no podemos hacer trato”.
Apóstolo respondió: “Ya te llamo”.
“Vos sabes que la libertad no tiene precio, mirá el culiado me ha cobrado un millón y medio y me la a puesto…”, le confesó más tarde el preso en cuestión a un allegado. De esa intervención telefónica, es fácil deducir que, aunque el narco pagó, el beneficio no llegó.