Mientras termina de delinear las características del sistema de registro de las importaciones que reemplazará el SIRA, impuesto por la gestión de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, la Secretaría de Comercio prepara para los próximos días creación de un registro que tendrá la finalidad de conocer a ciencia cierta cuánto es efectivamente la deuda comercial de los importadores y cuáles son las empresas afectadas. Las cifras que manejan en la UIA, tomadas de la base del relevamiento del Banco Central, indican que los pasivos ascienden a USD 50.000 millones, pero el equipo económico quiere conocer la cifra total con exactitud y el monto por empresa, ya que cree que hay mucha deuda que ya fue pagada.
Con esa información, el Gobierno podrá tomar determinadas decisiones que están en estudio y que apuntan a flexibilizar las condiciones de pago de parte de esa deuda a las pequeñas y medianas empresas, las más perjudicadas frente a la imposibilidad de pagar por la escasez de divisas. El flamante equipo que conduce Luis Caputo no sólo comunicó que ofrecerá un bono en dólares (Bopreal), con opción de rescate anticipado, para que las empresas puedan pagar su deuda con el exterior -que no termina de convencer al sector privado-, sino que tampoco el pago del flujo de las importaciones será inmediato.
La solución entonces podría ser, por un lado, habilitar a que las pymes puedan tener mejores condiciones de acceso al Mercado Único y Libre de Cambios para el pago de las importaciones –y que así puedan destrabar sus operaciones–; y por otro, que a las empresas que suscriban el bono Bopreal, se les permita ir al Contado Con Liqui en microdosis para saldar un porcentaje de la deuda. Porque lo que sucede es que el título “tiene que ser lo suficientemente atractivo para que tenga una buena cotización en el mercado secundario y la empresa pueda venderlo y hacerse de los dólares para pagar su deuda”, dijo otro empresario.
¿Cómo será el nuevo sistema? ¿Serán completamente libres las importaciones? ¿O habrá algún tipo de control? El Gobierno insiste en que el que quiera podrá importar, pero lo cierto es que la libertad absoluta es el objetivo final. En el mientras tanto, y aunque habrá una liberación mucho más ágil de los permisos, “se espera que siga habiendo un monitoreo de las importaciones de diversos rubros para entender cuáles son los patrones reales de importación con un tipo de cambio más razonable”. “Habrá un período de reacomodamiento, un gradualismo que durará menos que los gradualismos anteriores”, enfatizaron fuentes conocedoras de lo que se viene.
Por otro lado, nadie espera un aluvión de importaciones con el actual tipo de cambio. Ingresar mercadería del exterior a un valor, hoy, de $940 por dólar para algunos sectores no es tan rentable, dijo un empresario importador. “Desapareció la ventaja de importar. Si el dólar no se atrasa mucho, van a desaparecer los oportunistas”.
En la ciudad de La Rioja, el propietario de la firma San Agustín S.R.L. señaló a través de la red social faceboock, que “el Gobierno decidió quitar las Siras. Se fijó un dólar de importación oficial apróx., más el 17,5% de retención.
Hechos los números seriamente, eso impacta directamente en la reducción de los costos de importación.
Esto significa que los productos NACIONALES van a bajar entre un 20% y 40%.
Nos alegra muchísimo comunicar esto y además haber tomado la decisión de hacer la baja de precios.
Creemos que en este proceso de cambio de nuestro país también debemos aportar nuestro grano de arena.
Los nuevos precios ya están en sistema CON LOS PRECIOS BAJOS.