Escándalo por los aviones que no pueden volar

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El Ministerio de Defensa de Francia confirmó oficialmente que los cinco aviones Super Etendard adquiridos por la Argentina no pueden ser utilizados.

El gobierno de Macri los había comprado, cuando ya estaban en desuso, con el supuesto objetivo de realizar tareas de seguridad durante la cumbre del G-20 de 2018. Las sospechas de un millonario negociado.

Los cinco aviones Super Etendard comprados por el gobierno de Mauricio Macri, por 12,5 millones de euros, nunca volaron ni podrán volar. El Ministerio de Defensa nacional le pidió a Francia que realice las gestiones para proveer los asientos eyectables y otras piezas clave de los aparatos, pero una carta del titular de Desarrollo Internacional de la Dirección de Armamento del Ministerio de Defensa francés, ingeniero Gael Díaz De Tuesta, dice textualmente: “Se nos pidió un esfuerzo para encontrar la solución para que los aviones estén en condiciones de volar. Desafortunadamente y después de haber evaluado todas las posibilidades, lamento informarle que no fue posible cumplir con ese objetivo”. Los Super Etendard fueron comprados por Macri con el argumento de que servirían para el caso de un ataque durante la cumbre del G-20 realizada a fines de 2018, pero nunca despegaron ni podrán hacerlo.

Los hechos

La adquisición huele muchísimo a negociado y hoy está siendo investigada por la Sindicatura General de la Nación, la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y la Oficina Anticorrupción. Era evidente que los aparatos no iban a estar disponibles para la cita de 2018, entre otras cosas porque llevaban mucho tiempo sin volar, pero, sobre todo, porque el dispositivo faltante -decisivo para el asiento eyectable- es originario de Gran Bretaña que, por supuesto, venía vetando la provisión -como ya es habitual- de cualquier material de combate.

En los últimos tiempos, el macrismo hizo circular la versión de que los aviones no se ponían en condiciones porque el gobierno de Alberto Fernández no proveía el presupuesto necesario.

En la carta oficial del Ministerio de Defensa francés se deja constancia de que hubo una reunión en París entre el ministro Jorge Taiana y su par francés, Sébastien Lecornu, para encontrar una solución que permita poner a volar a los Super Etendard. Con fecha 17 de marzo, el Ministerio de las Fuerzas Armadas (ese es el nombre oficial) se dirigió a la Argentina para señalar que no se consiguió el objetivo.

“Las restricciones del Reino Unido respecto de exportaciones a la Argentina nos impiden conseguir los repuestos para los asientos eyectables. Pero, además, como señaló el jefe de nuestra Marina en 2016, hemos perdido la mayor parte de la capacidad que se necesita para mantener operativas estas naves”.

Es decir que ya en 2016, durante el gobierno de Macri, los franceses avisaron que los aviones en cuestión estaban desprogramados y que, por lo tanto, ya entonces no tenían personal para ocuparse de esos aparatos.

En síntesis, cuando Macri y su ministro de Defensa Oscar Aguad pagaron los 12.500.000 euros por los Super Etendard, ya sabían que no iban a volar nunca, menos todavía a tiempo de ser utilizados en la cumbre del G-20.

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